Hola, soy Renzo Arturo, fotógrafo de los engreídos del hogar.
Desde niño soñaba con tener un compañero peludo para compartir mis aventuras. Y así llegó Aron, el primer perrito que marcó mi vida y el corazón de mi familia. Hoy ya no está, pero su recuerdo vive en mí como una prueba del amor más leal y verdadero.
Ese vínculo entre humanos y animales fue lo que me llevó, años después, a unir mis dos grandes pasiones: la biología y la fotografía.
Durante mi formación como biólogo en la UNALM, descubrí que mirar el mundo con atención y sensibilidad podía cambiarlo. Fue en un curso de fotografía donde entendí que capturar imágenes también era una forma de activismo: mostrar el valor de cada vida, visibilizar historias, inmortalizar emociones.
Cada sesión me enseña algo nuevo: cada perro, cada gato, tiene su propio lenguaje, sus gestos, su forma de amar. Y mi trabajo es contar esas historias.